Guía para un acabado perfecto

Guía para un acabado perfecto

Un acabado perfecto es el que está como nuevo. En otras palabras, no debe distinguirse de la pintura original. El objetivo es que todo el trabajo sea rentable y merezca la pena.

Los profesionales tenderían a estar de acuerdo en que el tiempo empleado en la fase de preparación es tiempo bien empleado, sobre todo porque la actitud general en el Mercado es «nunca hay tiempo suficiente para hacerlo bien desde el principio, pero siempre hay tiempo para hacerlo de nuevo…».

Repetir el trabajo siempre cuesta más tiempo y dinero que hacerlo correctamente desde el principio. Por eso la preparación de la superficie es muy importante, tanto o más que la aplicación.

Preparación de la superficie:

En la cadena de montaje de la fábrica, la pintura se aplica sobre una superficie lisa y limpia. El pintor tiene que hacer lo mismo. Se puede dividir el trabajo en distintas fases:

No se debe pasar a una etapa hasta que la anterior se haya completado a la perfección. Esto garantiza un flujo de trabajo adecuado y ahorra tiempo y dinero.

Determinar el estado del sustrato:

El 1er trabajo consiste en identificar el estado general del sustrato. Saltarse esta fase puede dar lugar a medidas correctoras muy costosas, que podrían incluir la eliminación de toda la pintura nueva y vieja.

Identificación del color:

Consulta el código de color del fabricante del coche. Utiliza el software GPC para extraer la fórmula (asegúrate de tener el tono variante correcto). Formula y pulveriza el panel de prueba. Ajusta si es necesario, antes de pulverizar.

Lijado:

El objetivo del lijado es doble:

Técnica de pulverización:

La técnica de pulverización debe aprenderse y practicarse constantemente.

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