Brillo bajo

Uso de un diluyente inadecuado.
Contaminación de la superficie antes de pintar.
Presión de aire elevada.
Mala extracción y flujo de aire de la cabina de pintura, que permite que el polvo generado por la propia pintura se deposite en la superficie una vez ha empezado a secarse.
La pintura se ha secado en presencia de gases de escape o humos industriales.
Malas condiciones de secado: Temperatura demasiado baja, humedad elevada, falta de ventilación.
Las proporciones de mezcla del endurecedor y el diluyente no se ajustan a las especificaciones del fabricante.
Se aplican demasiadas capas.
No hay suficiente tiempo de evaporación entre capas.
Una capa de fondo muy pigmentada no se agitó lo suficiente antes de usarla.
Uso de un grado de lija inadecuado.
La capa de fondo se lijó antes de que estuviera completamente seca.
Endurecedor caducado o dañado (por la humedad si el bote se deja abierto).

Deja que la pintura se seque completamente y pule o vuelve a pintar.

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